CUANDO EL ESTRÉS AUMENTA, ALGUNAS PERSONAS TIENEN UNA MAYOR SENSACIÓN DE APETITO. ESTO SE DEBE A QUE LA HORMONA DEL HAMBRE (LA GRELINA) ACTÚA COMO UN MECANISMO PARA REDUCIR LOS SÍNTOMAS DE LA DEPRESIÓN Y ANSIEDAD PRODUCIDO POR EL ESTRÉS SEGÚN UN ESTUDIO DE LA REVISTA "NATURE NEUROSCIENCE".
EL ESTUDIO SE BASÓ EN LA ADMINISTRACIÓN DE UNA GRAN CANTIDAD DE GRELINA A LOS ROEDORES. Y ASÍ SE DEMOSTRÓ QUE, AL AUMENTAR LA GRELINA ARTIFICIALMENTE EN LOS RATONES SE LOGRA REDUCIR LOS SÍNTOMAS DE ANSIEDAD Y DEPRESIÓN QUE SE ASOCIAN A LAS SITUACIONES DE ESTRÉS. ESTO SIGNIFICA QUE LA HORMONA DEL HAMBRE PODRÍA FUNCIONAR COMO UN ANTIDEPRESIVO Y ANSIOLÍTICO
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